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¿Leyenda o realidad?

Según cuenta la leyenda, el golf se juega a 18 hoyos porque el whisky tiene 18 medidas. ¿Anécdota que se ha mantenido por su colorido y conexión con la cultura escocesa o realidad histórica?

Petaca de whisky cerca del green

El whisky escocés y el golf, dos iconos de la cultura escocesa, tienen una conexión sorprendente que se remonta a siglos atrás. La leyenda detrás de esta relación única nos lleva a explorar los orígenes de estas dos tradiciones icónicas.

En Escocia, ya en el siglo XV, se practicaba la destilación de “aquae vitae”. La primera mención documentada de producción de whisky en Escocia se remonta a 1494, cuando se enviaron maltas de cebada a los monjes de la Abadía de Lindores en Fife, por orden del rey Jacobo IV, para fabricar mil quinientas botellas de “aquae vitae”. Curiosamente, el monarca era un gran entusiasta del whisky escocés.

La petaca, dicen, tenía 18 medidas, la cantidad justa para servir un trago corto después de cada hoyo. De esta manera, al completar los 18 hoyos, la botella se vaciaba y los jugadores, empapados de whisky y buen humor, terminaban su partida.

La idea de que el golf se juega a 18 hoyos porque una botella de whisky tiene 18 medidas es una leyenda popular y una anécdota divertida, pero no es la razón real. La estandarización a 18 hoyos se debe a la influencia del Old Course de St. Andrews, que en 1764 pasó de 22 a 18 hoyos, agrupándolos. Esta nueva configuración se convirtió en el estándar del golf moderno. 

Con el tiempo, la práctica de beber un trago por hoyo se fue perdiendo, pero la cantidad de hoyos se mantuvo. Esta configuración se adoptó como estándar y se extendió por todo el mundo.

Hoy en día, los jugadores no necesitan beber whisky para disfrutar de un recorrido completo, pero la historia detrás de los 18 hoyos sigue siendo un motivo de fascinación para muchos.

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