Desgraciadamente Rafa Nadal ya dejó muy claro hace unos años que no entraba en sus planes hacerse profesional de golf cuando, ojalá en un día muy lejano, acabe su legendaria carrera como tenista. Y eso, a pesar de jugar muy bien y tener un hándicap 3 sin dedicarse, literalmente no tiene tiempo, de manera concienzuda.
Desgraciadamente Rafa Nadal ya dejó muy claro hace unos años que no entraba en sus planes hacerse profesional de golf cuando, ojalá en un día muy lejano, acabe su legendaria carrera como tenista. Y eso, a pesar de jugar muy bien y tener un hándicap 3 sin dedicarse, literalmente no tiene tiempo, de manera concienzuda.
Viendo su talento, su actitud y su fabulosa fortaleza mental, prácticamente nadie pondría en duda de que Nadal al menos está en su derecho de intentarlo. El mundo del golf, desde luego, lo recibiría con los brazos abiertos. Sin embargo, el tenista de Manacor es un deportista honesto.
Sabe que podría jugar bien al golf, disfrutar con amigos e incluso poner en un aprieto un día a algún profesional, pero también tiene claro que para vivir del golf al máximo nivel se necesita una dedicación, un entrenamiento y un esfuerzo durante años que él no ha podido hacer por razones obvias. “Es demasiado difícil ser un golfista de élite como para frivolizar con que cualquier puede llegar, prepararse en unos años y empezar a ganar”, vino a decir Rafa hace algo menos de una década. Otro valor. Honestidad y respeto.
Que Nadal no vaya a ser nunca un golfista profesional no quita para el golf lo considere uno de los suyos. El balear ha jugado Pro-Am de torneos del European Tour y ha puesto en marcha junto a José María Olazábal una de las mejores iniciativas solidarias de golf con el torneo Olazábal & Nadal Invitational. Rafa no se dedicará nunca al golf profesional, pero es desde luego un referente tanto a nivel deportivo como humano.
Hoy el golf ha vuelto a rendirse ante el mallorquín tras su épica final frente a Roger Federer en el Open de Australia. Es una inspiración para todos. Representa como nadie los valores que también el golf y los golfistas llevan en su adn. No son pocos los jugadores españoles que han admitido alguna vez ponerse en vídeo un partido de Nadal antes de empezar una vuelta o un torneo. Más de una década después, Rafa sigue siendo un faro que ilumina al deporte en general y al golf en particular.
Su regreso por todo lo alto en Australia ha sido una nueva constatación. El golf se ha vuelto a quedar con la boca abierta con Nadal. Cientos de mensajes de golfistas han inundado las redes estas semanas de major alabando las virtudes del manacorí y, especialmente, su cultura del esfuerzo. Desde Sergio García a McIlroy, pasando por Tommy Fleetwood, Justin Thomas o los golfistas madrileños Pedro Oriol y Jorge Simón se han deshecho en elogios hace Nadal y, por supuesto, también Roger Federer. Si rivalidad recuerda a las más geniales que han existido en golf, plagadas de respeto y admiración, con las que se vivieron entre Nicklaus y Palmer, o Tom Watson o Gary Player.
El golf también se ve reflejado en finales como las de hoy en el Open de Australia y, por si fuera poca coincidencia, Federer ha conquistado su decimoctavo grande. Los mismos que logró Jack Nicklaus. El propio Nicklaus comentaba en Twitter: “Enhorabuena Roger. Soy un gran aficionado al golf y tuyo. Tienes 18. No te pares aquí”. Respeto y nobleza.
Nadal nunca será golfista profesional, pero siempre será uno de los nuestros.
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